Por: Juan Vázquez.
Apizaco, Tlax.- La acción deliberada de algunos vecinos de la colonia Ferrocarrilera en esta urbe rielera para frenar la ayuda y el paso de migrantes hacia el albergue «La Sagrada Familia», más que un asunto discrimitatorio, representa también un asunto paradigmatico que tiene consigo un sello político para la salvaguarda de intereses de algunos particulares que tienen algún control en la zona, advirtieron vecinos.
Tampoco es un hecho aislado, ya que el hecho de levantar, de un día para otro, una barda a base de block y cemento para impedir el libre tránsito de personas de un lado a otro de la vía férrea, implica un asunto severo que debe obligar a los organismos en materia de los derechos humanos intervenir, en su caso exigir que se anule dicha barrera física, establecieron.
Lo anterior, ante el supuesto de que si no hubo con como tal y con antelación un permiso, así como lo refiere la autoridad municipal, entonces a todas luces es por demás irregular, calificaron.
Quienes pidieron la gracia del anonimato por temor a represalias, pusieron como ejemplo que sobre la calle Ferrocarril Mexicano se encuentra la fábrica de pasteles propiedad de la Síndico de Apizaco, Marina Aguilar, quién se encuentra en franca campaña política en el municipio.
Además de que no es la primera vez que se trata de bloquear totalmente el paso sobre la Tercera Cerrada de Álvaro Obregón, aclararon.
Hace más de dos años fue colocada una cerca con malla ciclónica y permanecía un servicio de seguridad con elementos y una patrulla de la policía estatal.
En este mismo contexto, ante dicha omisión de la autoridad municipal hicieron un llamado a las autoridades del gobierno federal intervenir en este asunto
Ante todo, ya que consideraron que en México no en Apizaco nadie puede sentirse con derecho para construir una barda e impedir el paso de ningún transeúnte.