Asociaciones civiles de Tlaxcala exigieron al Gobierno de Marco Mena que deje de simular como sus antecesores y en aras de la gobernanza moderna a la que ha convocado, haga participe a la sociedad en el saneamiento del río Atoyac y sus afluentes en coordinación con autoridades federales, estatales, municipales y empresarios involucrados, elaboren el Programa Integral de Restauración Ecológica y de Saneamiento de la Cuenca del Alto Atoyac.
Por la recomendación 10/2017 que emitió la víspera la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a 11 autoridades de los tres niveles de Gobierno por la contaminación del río Atoyac y sus afluentes, reafirma las denuncias que sociedad civil ha venido haciendo desde hace más de 20 años sobre las afectaciones a la salud de la población y a al medio ambiente, provocadas por el crecimiento industrial desmedido en Tlaxcala y Puebla.
Por esa razón, asociaciones civiles de Tlaxcala exigieron al Gobierno de Marco Mena que deje de simular como sus antecesores y en aras de la gobernanza moderna a la que ha convocado, haga participe a la sociedad en el saneamiento de ese afluente y, en coordinación con autoridades federales, estatales, municipales y empresarios involucrados, elaboren el Programa Integral de Restauración Ecológica y de Saneamiento de la Cuenca del Alto Atoyac. Los municipios más afectados son Tepetitla, Nativitas e Ixtacuixtla.
En conferencia de medios este jueves, los representantes de la Coordinadora por un Atoyac con Vida, de la Pastoral de Derechos Humanos – Diócesis de Tlaxcala, así como del Centro Fray Julián Garcés, Derechos Humanos y Desarrollo Local, enfatizaron que tanto el Gobierno del Estado, como los municipios y el federal, a través de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), están obligadas a establecer un plan para atender esa grave contaminación, a raíz de la recomendación de la CNDH.
Demandaron que la política pública de desarrollo para el Estado cumpla con lo establecido en los principios rectores de Derechos Humanos y Empresas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para que Tlaxcala no se exponga a un deterioro acelerado de la calidad de vida de sus habitantes y la fuerte degeneración de sus ecosistemas,
Además de que el Congreso de Tlaxcala gestione y asigne los recursos económicos necesarios para el saneamiento del río y la atención a la salud de la población afectada, que la Comisión Federal contra Riesgos Sanitarios, cumpla con la recomendación de efectuar un diagnóstico toxicológico de los riesgos a la salud por exposición a contaminantes presentes en el Atoyac.
Recordaron que la Coordinadora por un Atoyac con Vida, en marzo de 2006 presentó ante el Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA) información sobre la grave contaminación de ese río, con respaldo de estudios de la UNAM y otras instituciones, además de otros recursos a lo largo de los años; sin embargo, las autoridades de los tres niveles siguen siendo omisas.
Para ejemplificar la simulación, explicaron que para las empresas contaminantes es más fácil y barato pagar multas por enviar sus desechos al Atoyac que invertir en mecanismos de tratamiento, pues a su vez la CONAGUA cobra las multas y no da seguimiento para verificar que los responsables disminuyan sus contaminantes.