A pesar de que la Comisión Nacional de Agua (Conagua) no tiene facultad de solucionar los conflictos en los municipios por intereses en ciudadanos, lo que ha realizado es mediar para que los problemas se destraben y como es el caso de dos problemas fuertes entre ciudadanos y autoridades municipales.
Al respecto, el director local de esa dependencia federal en Tlaxcala, Salvador Domínguez Sánchez, quien se refirió directamente a los casos de Acuamanala, donde el Ayuntamiento construyó una cancha de fútbol rápido en medio de una barranca, y en Terrenate, donde vecinos de las comunidades de Los Capulines y Los Ameles tienen confrontaciones por el agua de veneros.
Respecto al primer problema, apuntó que efectivamente hay una invasión de zona federal porque el alcalde Alejandrino Espinosa avaló la construcción de una cancha deportiva en medio de una barranca, “por lo que ya hable con él dos tres veces para hacerle ver eso y dice que la va a quitar porque reconoce que hay invasión, pero hay un problema entre ciudadanos de Acuamanala, un grupo contrario al munícipe que encontró en ello el pretexto perfecto” para criticarlo.
“Ambas partes no se han entendido, así que el asunto de fondo no es Conagua, el pretexto para confrontarse es muy bueno, pero yo ya le dije al alcalde que ‘ahueque el ala’ y no por soberbia de la federación, sino porque esa cancha corre el riesgo de que venga una corriente fuerte y uno no lo cree hasta que pasa, por eso hay que quitarla”, agregó el funcionario federal.
No obstante, previó que el espacio deportivo continuará siendo motivo de discusión hasta que se resuelva el conflicto entre el edil y los ciudadanos contrarios a él, admitió.
Por lo que hace a Terrenate, Domínguez Sánchez explicó que Conagua tiene títulos vigentes de concesión de agua para el municipio, pero los veneros y la mayoría de los pozos se encuentran en la comunidad de El Capulín y de ahí se distribuye el vital líquido a otros lados como Los Ameles, con cuyos vecinos hay problemas añejos y por ello los primeros no dejan pasar el agua.
“El pleito es casado entre personas y eso ha derivado en buscar el pretexto por excelencia que es el agua. Sería problema si no hubiera agua, pero sí hay, entonces las cosas se solucionarían si en El Capulín dejaran de ‘agandallarse’ toda el agua hasta que les paguen una cuota y alguien de Los Ameles pague, entonces ese es un asunto civil”, expuso.
Ante ello, sostuvo que la Conagua realiza las gestiones que están a su alcance pero dentro de sus facultades que tienen que ver exclusivamente con la explotación del vital líquido, pero los conflictos entre ciudadanos son de otra índole y ahí no se puede intervenir de manera oficios a Conagua.