Denuncian prepotencia y malos tratos en el Hospital Regional de Tzompantepec.

Exigen la intervención de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros y al titular de Sesa en Tlaxcala.

Por: Juan Vázquez.
Tzompantepec, Tlax., 29 de noviembre 2021.- «Qué le hablé, qué le estoy hablando, no ya le dije que se espere hasta cuando yo le llame»; después de ocho horas de espera con un familiar de la tercera edad, quienes de paso tuvieron que comprar vendas y medicamentos.
Textualmente fueron las palabras de la doctora María Eugenia Flores para dirigirse a su familiar, debido a la necesidad de unas radiografías, quienes la madrugada de este lunes optaron por solicitar su alta voluntaria, no sin antes cubrir al cien por ciento el pago por concepto del servicio de atención..
En un vídeo difundido a través del portal digital La Prensa de Tlaxcala -quien por obvias razones solicitó la gracia del anonimato por temor a represalias- señaló que, tanto la doctora, como un enfermero y la trabajadora social de la Secretaría de Salud de Tlaxcala, se sienten dueños, «hacen y deshacen por el simple hecho de contar con una base de trabajo».
Debido a tales irregularidades solicitó la intervención de la gobernadora Lorena Cuéllar y del titular del ramo para que tomen cartas en el asunto.
«El enfermero, de lentes, alto y fornido, me regañó, por el tiempo para comprar unas vendas de yeso en la farmacia; en cambio como no hubo tuve que ir hasta Apizaco, precisó.
La trabajadora social después de dos horas para irse a tomar su cafecito con un pan, le llamó la atención, infiriendo que a su paciente «mejor lo ponga a trabajar porque lo está haciendo un inservible», añadió.
De paso el servicio de vigilancia, cuyo personal que «está para salvaguardar el orden, provoca conflicto», entre usuarios del servicio y personal del Hospital Regional de Tzompantepec.
Sin embargo, tras largas horas de espera -de las 17:00 horas hasta las 02:00 horas, sin vendas ni medicamentos optó por solicitar su alta de manera voluntaria.
No obstante dentro de este lapso de tiempo en forma por demás prepotente y grosera, la doctora: «chaparrita de lentes, cabello rojo», con malas palabras salió de su consultorio a decir que la reportará y que no le interesaba, lamentó.
No es justo, tenemos que levantar la voz; hay mucha gente pobre qué pasa por lo mismo y mejor se calla, no dice nada por temor, opinó la afligida mujer.
Hay muchas anomalías, los doctores y demás personal, se creen dueños de los hospitales, de paso se conducen con prepotencia y ofenden a la gente, remarcó.