La ley impulsada por la senadora de Tlaxcala, Ana Lilia Rivera Rivera, trasciende ahora en el congreso del Estado de México
La reciente ley avalada en la Cámara Alta el pasado 24 de septiembre y promovida por la senadora de morena, Ana Lilia Rivera Rivera, fue retomada dos días después en el congreso del Estado de México por el diputado de morena Max Correa Hernández gracias a la gran relevancia que reviste esta ley para la nación mexicana, al proteger el maíz nativo mexicano de los monopolios agroalimentarios y de las semillas transgénicas.
En entrevista con el periodista Javier Solórzano del Canal 11, la senadora tlaxcalteca destacó que el Estado “debe garantizar una alimentación sana”, por lo cual propone a través de esta ley, declarar al maíz nativo como patrimonio alimentario nacional, así como fomentar el desarrollo sustentable; promover la productividad, competitividad y biodiversidad; promover las actividades de los productores originarios del maíz y establecer los mecanismos de protección en cuanto a su producción, comercialización, consumo y diversificación constante.
En ese sentido y de acuerdo a la “Ley Federal de Fomento y Protección del Maíz Nativo”, la lucha contra el hambre, la pobreza rural y todas las formas de malnutrición, deben estar siempre “en el más alto nivel de las agendas políticas y legislativas” para “establecer marcos institucionales eficaces, capaces de garantizar el cumplimiento del derecho a la alimentación”.
Asimismo, Rivera Rivera señaló que esta ley se elaboró durante su gestión como diputada local con el apoyo de la organización civil “Sin Maíz No hay País”, y en conjunto con el grupo de campesinos “Vicente Guerrero” y de académicos destacados como el Dr. Eckart Boege, logrando aprobarla y decretarla en la constitución del Estado de Tlaxcala en el 2011.
Desde una perspectiva económica, el dictamen presentado por la ahora funcionaria federal plantea que las grandes compañías trasnacionales, derivadas de una política neoliberal, han intentado penetrar en la producción mexicana de diversos cultivos, entre ellos el maíz, teniendo como consecuencia que el producto local no pueda competir con el mercado a gran escala y, por otra parte, que sus semillas se vean en riesgo de desaparecer poco a poco a través de las lógicas económicas neoliberales con los Organismos Genéticamente Modificados (OMG´s), teniendo “un efecto predador para el pequeño y mediano productor”.
Es a partir de este análisis causal, que la senadora tlaxcalteca opta por mantener la biodiversidad del maíz libre de organismos genéticamente modificados, para “asegurar que los procesos ecológicos y socioculturales se mantengan en donde la agricultura tradicional aún se conserva”.