A unos días de que concluya el gobierno del Lic. Andrés Manuel López Obrador, el senado de la república está aprobando las reformas constitucionales que fueron iniciativas prioritarias de este gobierno. Cabe resaltar que el Senado, por el impacto que tendrán estas reformas en las instituciones mexicanas, se considera un Congreso Constituyente por la relevancia de sus decisiones y su composición mayoritaria a través de un proceso democrático nunca antes visto en la historia de México.
En este sentido, Rivera Rivera es el reflejo claro del cambio generacional de políticos que están asumiendo el poder en la nación pues se ha caracterizado durante el ejercicio de sus funciones legislativas, por ser una política sumamente respetuosa que conduce sus discursos y su actuar apegados a la filosofía del humanismo mexicano. Nunca se ha escuchado de ella la difamación, la calumnia, el señalamiento o la confrontación; siempre ha buscado el diálogo, los consensos y tender puentes de comunicación con quienes tienen diferentes criterios al momento de tomar decisiones.
Prueba de ello, es el discurso que ayer diera en la discusión constitucional en materia de Guardia Nacional, ya que es un tema polémico y difícil que confronta a las fuerzas políticas en dos posiciones: los que apoyan abiertamente la reforma y los que se oponen contundentemente a ella.
Es importante mencionar que en medio de la descalificación y la confrontación de los diferentes grupos parlamentarios representados en el Senado, el mensaje de la senadora Ana Lilia Rivera puso en el centro de la discusión el amor al prójimo, el respeto a los derechos humanos y la consideración de que hoy la Guardia Nacional necesita fortalecerse para ser una fuerza policial que le garantice al Estado mexicano el temor y el respeto de la delincuencia organizada.
Escuchar el posicionamiento político e ideológico de la Senadora es como un oasis en medio de los discursos de violencia verbal y descalificación que no le hacen bien a nuestro país. Bien por la senadora Ana Lilia Rivera quien con su conducta y su presencia nos demuestra que sí es posible en medio de los temas más difíciles encontrar las formas y maneras de dialogar en beneficio del bien común.