En la firma de convenio que signó con dirigentes campesinos del CAP y con el grupo de Jóvenes Transformando la Nación, el rector de la Universidad Autónoma de Chapingo (Uach), Sergio Barrales Domínguez pidió que el campesino no venda su voto y que debe de valorarlo, ya que es un arma que tienen en sus manos.
Cuestionado por el asunto de los tiempos electorales, el director de la universidad expresó que mientras el campesino “no sepa el valor que tiene su voto, es como no va a cambiar jamás; mientras siga vendiéndolo por una despensa o lo que sea y que no esté interesado en que realmente este país salga adelante, nunca vamos a cambiar las cosas”.
Barrales Domínguez demandó que entiendan la trascendencia del sufragio y afirmó: “Hay que elegir un cuate que esté comprometido a sacarlos adelante de su situación. “Es un llamado muy fuerte… esa es la democracia, votar por quien creemos y en caso de que no cumpla las expectativas, poderlo cambiar a través del voto, de manera pacífica”.
“La sociedad es la que tiene el poder, insisto, no es para ir a agarrar las armas, sino fijar hacia donde se quiere ir. No estamos en contra de los ricos de ninguna manera, pero se me hace que sí se están pasando de vivos, porque ahora también nos quieren fregar”.
Siguiendo con su intervención, el Rector de la Universidad de Chapingo manifestó que ha sidoha sido presionada por las autoridades para que despida al 17 por ciento de la plantilla de personal, sin embargo, sostuvo que no lo hará. “No voy a correr a ni uno solo”.
En contraparte, ofreció manejar con transparencia y adecuadamente el presupuesto asignado para el ejercicio fiscal 2016 y explicó que esta institución logró una ampliación de 90 millones de pesos “para impulsar mucho la vinculación con las comunidades”.
Reconoció que la Cámara de Diputados federal se sensibilizara, pero cuestionó que “le pegue” en el gasto al Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), que es la “médula” en esta materia en el país, así como a la Comisión Nacional Forestal (Conafor), pues a decir de su titular, ha sido despedido 50 por ciento de sus trabajadores.